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El mal diseño de las bitácoras

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El fenómeno de las bitácoras o weblogs se está imponiendo en internet de una forma imparable. Más que a una moda, la irrupción de las bitácoras se debe a una necesidad que hasta ahora estaba insatisfecha: la de expresar libremente las opiniones, los deseos, las experiencias, los conocimientos y la información por parte de los usuarios de internet mediante una herramienta fácil de usar que permite la creación de un lugar en el ciberespacio donde el usuario es dueño y señor de su creatividad. Esto ha provocado una fascinación a nivel mundial que por ahora ha impedido la crítica negativa de este instrumento de comunicación. Pero cuando el asombro colectivo se mitigue, tendrá que llegar el momento en que las alabanzas den paso a una reflexión sosegada sobre este fenómeno, y quizá entonces se puedan analizar con frialdad todos los aspectos de las bitácoras. Yo adelanto ahora una crítica a su diseño.

Diseño precipitado y falta de sentido común

El diseño de páginas web ha recorrido un largo camino desde el inicio de internet. Muchas han sido las personas, las empresas y las instituciones que se han preocupado por ir normalizando poco a poco los lenguajes y las herramientas utilizadas para diseñar las páginas web, lo que ha permitido crear una base técnica más o menos sólida para que los diseñadores puedan trabajar con cierta seguridad. Y ha sido en el ámbito del diseño donde se han conseguido avances importantes, porque se han ido estableciendo una normas básicas para que las páginas web sean sencillas y útiles para el usuario a la vez que accesibles incluso para personas con impedimentos físicos. El diseño no se preocupa de que una página sea bonita, sino útil, y de que cumpla los objetivos que se propone su creador de la forma más adecuada, y a esto nos estamos refiriendo.

Sin embargo, la eclosión de sistemas de gestión de contenidos tales como las bitácoras ha sucedido de una forma tan precipitada, que sus autores no han dedicado el tiempo y el sosiego necesarios para revisar sus creaciones en el plano del diseño, preocupados como están por cuidar el lado técnico de la programación de estos artefactos. Más que diseñadores, estos autores son programadores, y eso se nota, porque las bitácoras a estas alturas están llenas de opciones bastante sofisticadas, que permiten hacer miles de cosas, algunas de ellas superfluas, a la vez que carecen de un diseño que esté a la altura de aquellos oropeles. Si a esto unimos el descuido de muchos usuarios de bitácoras, tenemos un panorama lleno de fuegos fatuos que de momento están dando el pego, como se dice coloquialmente.

¿Y en qué se fundamenta mi crítica al diseño de muchas bitácoras? En el sentido común, sencillamente. No hay que ser diseñador para darse cuenta de los muchos fallos que aquejan a los gestores de contenidos en general. Voy a referirme a los más llamativos y evidentes, dejando para otro día quizá los que se notan menos. Hay que decir, de todas formas, que gran parte de los usuarios de bitácoras son noveles en el mundo de internet y no tienen las destrezas suficientes para corregir estas carencias. Además, estas herramientas no permiten modificar con facilidad los diseños establecidos, que suelen ser muy atractivos a costa de su utilidad. Pero vayamos al grano y veamos algunos de los defectos que he creído encontrar en el diseño de las bitácoras.

Algunos defectos irritantes

Lo más llamativo de todo es que los autores del contenido de muchas bitácoras llenan sus páginas de módulos que van cargados de un sinfín de enlaces. Cuando son páginas a tres columnas, las laterales se hacen interminables, sobrepasando en muchos casos el texto del contenido principal que se incluye en la columna central. Lo peor de todo es que cuando el usuario quiere encontrar algo, se ve obligado a buscar pacientemente en las columnas, pues tampoco existe un orden según la importancia de los módulos; así, si se buscan las categorías de la bitácora o el calendario donde aparecen los días que incluyen contenidos (lo que se supone que es prioritario), en muchos casos tendrá que bucear hasta profundidades abismales. Además, esas columnas laterales suelen ir cargadas, como hemos dicho, de innumerables enlaces que en muchos casos no nos interesan o que podrían incluirse en un documento que apareciera en la columna central cuando el usuario quisiera.

En otras ocasiones es la columna central la que parece interminable. Muchos blogueros (los autores del contenido de los blogs o bitácoras) colocan el contenido completo de sus artículos o anotaciones sin tener en cuenta su longitud, y así se forman largas colas que me recuerdan los atascos de los coches. Si, además, los artículos están llenos de imágenes, aquello parece los atascos de Semana Santa. Este problema se puede solucionar publicando en la portada la introducción de los artículos, dejando el texto completo para el enlace permanente, donde sólo aparece un artículo. De todas formas, las cosas se complican cuando la bitácora archiva los contenidos mensualmente, pues hay blogueros inquietos que escriben muchos artículos en un mes, y por tanto la columna central se llena antes de ser sustituida por los contenidos del mes siguiente.

Estos defectos son tan evidentes que resulta desesperante comprobar que unas normas de diseño tan elementales son vulneradas todos los días por gran cantidad de bitácoras. Está claro que muchos de estos blogueros tienen una conexión rápida de internet para un ordenador que no está en red, y no tardan mucho tiempo en ver sus páginas completas, pero tienen que pensar que son mayoría, por ahora, las conexiones lentas, y que, en todo caso, nunca se puede atiborrar las páginas con artículos e imágenes, porque eso produce una impresión sofocante en el usuario, que se enfrenta a una página interminable y sobrecargada.

Otro defecto muy extendido entre los blogs es que muchos de ellos no están diseñados pensando en las distintas resoluciones de los monitores que tienen los usuarios, sino que están construidos con medidas absolutas, generalmente para ajustarse a los monitores de 800x600 píxeles de resolución. Esto hace que los usuarios que utilicen monitores de mayor resolución, que ahora son la mayoría, vean todos los elementos de la página más pequeños o con amplios trozos sobrantes a ambos lados del monitor. Pero es que, además, el tamaño de los tipos de letra está dado también en medidas absolutas, en puntos generalmente, y a mayor resolución del monitor, menor tamaño de la letra, así que a veces nos encontramos con textos que no se pueden leer por diminutos. Hace tiempo que estos problemas tienen una solución adecuada con el llamado diseño fluido (liquid design), que consiste en utilizar medidas relativas (generalmente porcentajes) para el diseño y el tamaño de los tipos de letra, pero parece que esto no le importa a casi nadie. Hay un motivo, sin embargo, que explica la abundancia de estos diseños fijos: la utilización de imágenes para embellecer y hacer más atractivas las bitácoras, pues las imágenes tienen un tamaño fijo. Este problema tiene dos soluciones: intentar que el diseño no se descomponga con la utilización de imágenes en distintas resoluciones, lo que se puede lograr con un poco de esfuerzo, o simplemente no utilizar imágenes para el diseño.

Por último, tengo que decir que algunas veces me he puesto en el lugar de un novato en internet (nadie deja de serlo nunca, de algún modo) y me he imaginado entrando en una bitácora y leyendo lo primero que me encuentro, es decir, la página principal. La he leído hasta el final, armándome de valor, y una vez llegado allí, no he sabido qué hacer para seguir leyendo. ¿Dónde están las demás páginas que contienen los otros cientos de artículos? Allí no hay, como es de esperar, el enlace que me lleva a la siguiente página. Entonces busco entre los numerosos enlaces que hay a los lados, subiendo y bajando las interminables columnas, hasta que al final encuentro algo que dice: "Archivos", y, después de mucho pensar, me doy cuenta de que allí están almacenados por meses los artículos anteriores, pero dentro de cada mes hay siete u ocho entradas, y me pregunto: ¿Por qué no almacenará los artículos de más en más, por ejemplo cada tres meses y medio, o es que un mes es una medida adecuada de por sí para cerrar ciclos de ideas? De todas formas, después encuentro el módulo de las categorías y me digo: "Esto está mejor", pero enseguida me doy cuenta de que hay treinta y siete categorías, y abandono la página para irme a descansar a la cama.

Conclusiones

Como se ve, el diseño de muchas bitácoras produce dolor de cabeza, y todavía es mucho pedir que se sacrifiquen los oropeles en aras de la sencillez y la comprensión en una Web saturada de gente que se quiere hacer notar con páginas llenas de fuegos de artificio. Que sepan que se les ve el plumero; que sepan que muchos usuarios no nos dejamos atraer con tonterías; que sepan que van a contracorriente de los usos más aconsejados por los expertos; que sepan, en definitiva, que se les juzgará por sus contenidos, no por sus formas, y que internet no tiene que ser una feria de las vanidades donde todo vale y donde se echen en falta el sentido común y el sentido de la mesura.

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Por Alejandro Valero en Diseño web el 30.04.05 con 3 comentarios
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