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Convicciones para usar Linux
Después de presentar en el artículo anterior de esta bitácora la distribución Ubuntu Linux, y antes de empezar a trabajar con ella, conviene que reflexionemos un rato. Tengo que decir que algunas personas son tan reacias a cambiar de sistema operativo como a cambiar de colonia. Sus razones tendrán, y algunas puede que sean de peso, pero en la Web he leído comentarios de gente que no quiere utilizar Linux por los motivos más peregrinos e insignificantes. No se trata de abandonar Windows, sino de probar nuevos sabores, y creo que cuando no se tienen convicciones para hacer algo, siempre se encuentra la menor excusa o molestia para seguir como antes. Cuando hablo de convicciones quiero decir que el uso de Linux y del software libre supone promover la igualdad social para poder erradicar la brecha digital que nos divide.
Yo no sé si Windows es mejor o peor que Linux técnicamente, pero eso me da igual, porque a mi lo que me importa es que podamos trabajar con unas herramientas que nos den libertad y que estén a disposición de todos. Cada uno en su casa puede tener lo que quiera, pero hay que pensar en la colectividad, y en mi caso esta colectividad es la educativa. Richard Stallman, principal impulsor del software libre, resume en un texto (vía Digizen) los motivos por los que se debería utilizar el software libre en los centros educativos, y yo no voy a añadir nada que no haya dicho ya en esta bitácora, pues las razones a favor son tan evidentes, que sobran añadidos.
De todas formas, si vamos a esperar a que todos los docentes tengan las mismas convicciones, igual nos hacemos viejos. Así que me parece muy bien que cada vez más comunidades españolas se decidan a crear una distribución de Linux, aunque aún me parecería mejor que además la promovieran en la enseñanza y en la administración públicas, y no la tuvieran solamente de adorno (léase “La tierra de los mil Linux”, vía Aulablog21). Se ha criticado el hecho de que cada comunidad tenga su propia distribución de Linux, en vez de unirse entre todas para hacer una sola. Pero esto no se puede criticar cuando en España vivimos bajo fuerzas centrífugas que nos separan, y parece que no se puede converger en aspectos fundamentales, porque todo tiene que ser distinto de lo del vecino.
Así las cosas, al menos crece el apoyo al software libre en el ámbito educativo y en la sociedad en general. Pero ahora falta que cuando lleguemos a nuestro centro educativo, tengamos lo que hay que tener, es decir, una buena instalación de GNU/Linux en todos los ordenadores. Si los docentes y los estudiantes no manejan Linux en la escuela, las grandes empresas multinacionales se cebarán en sus pobres carnes, y repetiremos la misma historia de siempre. Porque lo mejor del software libre es que elimina la esclavitud que mantenemos con el software propietario o comercial, y no se trata tanto de que los programas de código abierto sean baratos o gratuitos, aunque si dijera el presupuesto anual de que disponemos en los departamentos de mi instituto, entenderíais perfectamente mi amor por el software libre.
También deberíamos superar algunas tonterías relacionadas con los hábitos adquiridos en el uso de Windows. Algunos de mis alumnos se mofan de Linux (aunque a la mayoría les gusta) porque no tiene el Messenger de Microsoft o no dispone de buenos juegos, por ejemplo. Claro, no tiene ese programa de mensajería, pero tiene otros que sirven para lo mismo y que incluso pueden acceder a las cuentas del Messenger. Y es verdad que en Linux todavía no hay tantos juegos como en Windows, pero eso responde a las leyes del mercado, y además a los centros educativos no se va a jugar a los marcianitos. En cuanto a los docentes, están acostumbrados a usar programas de Windows para hacer sus exámenes, por ejemplo, pero muchos no saben que en Linux disponen de programas que funcionan de forma muy parecida.
Por tanto, los centros educativos deberían estar equipados con sistemas GNU/Linux y con aplicaciones de código abierto, que además ahora son compatibles con muchos programas de Windows. El sistema de Microsoft podría estar instalado también en aquellos centros que se lo pudieran permitir, pero sólo como sistema secundario, pensando que también tiene su utilidad habida cuenta de que en la mayoría de las empresas se sigue utilizando Windows, y que por ello los estudiantes tienen que aprender a manejarlo. Pero el ahorro económico que supone el uso de Linux y la independencia y libertad que se gana con ello respecto a las empresas que monopolizan los programas de Windows, nos deja las cosas claras a la hora de elegir el sistema del pingüino.
Si Linux se utilizara más, las empresas de software y hardware se verían obligadas a preparar también sus productos para este sistema, y el mercado tecnológico se enriquecería en variedad, calidad y posibilidades de elección. No hace falta decir más para darnos cuenta de lo mucho que se puede ganar con las adecuadas convicciones. Por eso, si quieres empezar a probar Linux, tendrás que tener el convencimiento para ello, porque si no es así, cualquier contrariedad te hará desistir del empeño. Y no se trata de elegir lo que a ti te venga mejor en este momento, sino lo que convenga al conjunto de la sociedad en la que vives y del colectivo donde te mueves, lo que al final repercute también en tu favor.
Por Alejandro Valero en Software libre el 04.08.06 con 8 comentarios
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