Según una encuesta, los adolescentes estadounidenses están volcando en internet toda su energía y su creatividad. Casi el 90% de los chicos y chicas de doce a diecisiete años son usuarios de internet, y de ellos el 57% realiza algún tipo de actividad creativa en la Red. Estos datos demuestran que son los adolescentes quienes protagonizan la vida virtual, muy por encima de los adultos, pues además la mitad de ese 90% se conecta todos los días. Y lo sorprendente de este auge es que los jóvenes no se limitan a hablar por el móvil o comunicarse mediante programas de mensajería, sino que muchos crean contenidos creativos que difunden por la Red, y aún tienen tiempo para ocuparse de sus relaciones personales en el mundo real. Da la sensación de que los adultos, como suele ocurrir, no nos estamos dando cuenta de esta increíble efervescencia, muy adolescente, que recorre internet y que se concreta en el uso de las nuevas tecnologías como forma de vida y de creación.
Con esta encuesta, realizada por Pew Internet & American Life Project, se han publicado dos informes, Teen Content Creators and Consumers (PDF de 242 kb.) y Teens and Technology (PDF de 461 kb.) que analizan en profundidad y con numerosos datos los aspectos creativos y de consumo con relación a las tecnologías por parte de los adolescentes de Estados Unidos. Los investigadores destacan el gran número de teenagers que crea páginas webs o weblogs con obras artísticas, fotografías o textos propios y también con contenidos ajenos que modelan a su gusto. Dicen, además, que los adolescentes que escriben blogs o bitácoras, sobre todo las chicas mayores, son los usuarios de internet más fervientes y los que poseen mayores conocimientos técnicos. Añaden los investigadores que estos usuarios continúan descargando música y películas de la Red y que los chavales no creen realista la pretensión de prohibir esta actividad.
Menuda sorpresa puede suponer este informe para los que creen que los adolescentes pierden el tiempo en internet. Queda claro que ésta es la generación de internet y de las demás tecnologías, que han puesto en sus manos unas herramientas poderosas para comunicarse y crear contenidos con mucha facilidad. Y no sólo eso, porque parece que ellos son los usuarios más activos y por tanto están modelando la Red a su manera, y los adultos, a su lado, quedan como meros receptores de información. Por ejemplo, frente al 19% de estos adolescentes, que han creado un blog, sólo un 7% de adultos han hecho lo mismo. Esto supone que los chicos y las chicas están okupando internet y la están llenando con los contenidos que a ellos les interesan. ¿Será la futura internet un lugar donde a los adultos nos dará vergüenza entrar, como nos pasa en las discotecas? ¿Nos mirarán los demás adultos con cierta sonrisa cuando digamos que navegamos por la Red? Si eso ocurre, será culpa nuestra, porque no hayamos querido participar en la Red.
Esta encuesta aclara mucho la situación actual de internet en el país más poderoso del mundo y, por tanto, en el que más medios tienen sus ciudadanos. Estos jóvenes inquietos serán los que en el futuro dominarán los primeros puestos de las nuevas profesiones, y desarrollarán una gran creatividad debido a los medios que se han puesto a su alcance para su formación. Por tanto, la responsabilidad de los adultos es inmensa en este sentido, y los sistemas educativos deben adaptarse rápidamente a estas exigencias. Los demás países tienen que aprender también esta lección y empezar cuanto antes a reciclarse, a menos que se piense que este movimiento universal de los adolescentes es sólo una gripe pasajera que se curará cuando estos fervientes usuarios se conviertan en adultos.
Desde mi punto de vista, eso sería un grave error. El cambio social que han promovido las nuevas tecnologías es imparable, y sería un suicidio no darse cuenta de ello ni utilizar este potencial en la educación. Ya no se trata de saber si los estudiantes aprenden mejor o peor con estas tecnologías, sino de procurar que aprendan a manejarlas como herramientas que les van a ayudar no sólo en sus estudios sino en muchas otras tareas cotidianas y profesionales. Es absurdo pensar que los estudiantes van a ser más listos si aprenden a llevar una bitácora o a escribir con un procesador de textos, pero sabrán utilizar estos instrumentos, lo que les abrirá muchas puertas en su vida y en su profesión y les pondrá delante todo un universo de conocimientos que ellos también podrán renovar y ampliar. Además, con la cantidad de riesgos que hay en internet, no viene mal educar a los adolescentes en el uso apropiado de la Red, porque un poco de paternalismo no viene mal de vez en cuando.
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