Portátiles a 100 dólares (foto del MIT)
Con paso de tortuga, pero siempre hacia delante, avanza Linux por la selva de las nuevas tecnologías. Ya conocemos su presencia en distintos campos: los servidores web (donde es el sistema mayoritario), la universidad y la investigación, la enseñanza en algunas autonomías españolas, algunas grandes empresas, y los ordenadores de muchos geeks o expertos en estos asuntos. Pero falta llegar a los hogares, y para ello ya se están dando los primeros pasos, pues empieza a haber ordenadores que incluyen Linux como sistema operativo preinstalado. La batalla va a ser lenta y dura, pero al final se impondrá el sentido común y el espíritu de los tiempos.
Hace unos días entré en una tienda de informática (U.P.I.) y leí el catálogo de las novedades para “La vuelta al cole”. ¡Cual fue mi sorpresa cuando vi que todos los ordenadores del catálogo llevaban Linux preinstalado, y nada menos que Red Hat 9.0! Pensé: ”¡Esto es sólo el comienzo: prepárate, Bill Gates, que empieza la batalla!”. Después se me bajaron un poco los humos cuando le pregunté al dependiente por la buena nueva, y me dijo que sí, bueno, pero que la gente pide Windows porque es compatible con bla, bla, bla… Lo de siempre. “Pero en fin, algo es algo;” pensé para no deprimirme, “así empezaron los antiguos cristianos antes de infiltrarse en el Imperio romano y hacerse con el poder. Todo es posible todavía”. Al final, antes de despedirme, me atreví a identificarme como usuario de Linux (aún quedan valientes), y le dije que me parecía estupenda la nueva política de la marca U.P.I., y que estaba seguro de que otras marcas seguirían sus pasos. No le quise mirar a la cara, por si acaso me deprimía más.
No es éste el único caso. Hay otras tiendas que venden ordenadores con Linux preinstalado. Hace unos meses pregunté en un foro de Linux, y me dijeron que en la tienda PCBox se pueden comprar estos ordenadores. Y efectivamente, he visto su catálogo web, y se pueden elegir ordenadores a medida. Y te garantizan que el sistema Linux reconoce todo el hardware, que es lo más importante. Porque una de las ventajas de que te den Linux preinstalado es ésta, y así ya nadie puede quejarse de que Linux falle a la hora de reconocer algunos componentes del ordenador. Hace ya tiempo que eso pasó a la historia, como nos demuestran Edwood Ocasio y Fulgen desde sus bitácoras. Hay más casos como estos en el extranjero; por ejemplo, la distribución Mandriva se incluye en ordenadores portátiles HP en Francia.
Pero el caso más impresionante (y a la vez más conmovedor por su significado) es el proyecto de fabricación de ordenadores portátiles que se van a vender principalmente a países del tercer mundo por cien dólares. La organización encargada de ello es el MIT Media Lab, que explica en su página web en qué consiste el proyecto. Se trata de fabricar unos portátiles en grandes cantidades (millones de unidades), con una capacidad media y Linux preinstalado, lo que les permitirá venderlos con ese precio. Ellos pretenden que sean gobiernos y grandes instituciones educativas los que compren estos ordenadores para poder sacar de la miseria cultural a las poblaciones de muchos países. Si este proyecto sale adelante (y los organizadores son optimistas al respecto), muchas cosas pueden cambiar en el panorama tecnológico mundial, y no sólo en el educativo. A este ejemplo podemos añadir la fuerte apuesta que hacen países orientales de la talla de China y Japón con la creación de un sistema operativo propio basado en Linux, que fomente las nuevas tecnologías entre su población.
Así que no me extraña que las cosas no vayan viento en popa últimamente para Microsoft y su Windows. Seguro que Bill Gates tiene pesadillas muchas noches, porque le está viendo las orejas al lobo. No ahora, quizá, ni mañana, pero pasado mañana las cosas van a cambiar. Y nosotros, ¿qué podemos hacer? Yo ya fomento el uso de Linux desde esta bitácora, y enseño a mis alumnos que el mundo no se acaba en Windows. Otros profesores lo llevan peor en sus centros educativos, como nos contaba Gerardo en un comentario. Pero es desde la escuela desde donde tenemos que educar a los chavales para el uso y disfrute de programas y sistemas operativos libres de ataduras, como llevo insistiendo en mi bitácora. En el fondo, no creo que Windows se hubiera montado su tinglado si no fuera por la indiferencia de los consumidores. Nuestro deber es exigir a los fabricantes y vendedores que nos proporcionen la posibilidad de elegir el sistema operativo que queramos usar en nuestros ordenadores, y no debemos dejarnos llevar por la inercia que nos imponen.
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