La irrupción de las bitácoras en internet ha revolucionado este medio y, además, ha agitado el ya de por sí inquieto mundillo de los internautas. Esto ha ocurrido porque la herramienta en sí resulta muy sencilla de utilizar, ya que no requiere conocimientos técnicos por parte del usuario, que puede crear el contenido de su bitácora cómoda y rápidamente, como explicaremos a continuación. Esta facilidad de uso ha provocado un despertar de la creatividad como no se ha conocido jamás, y ahora las bitácoras proliferan como setas en el ciberespacio.
Las bitácoras (weblogs o blogs) son páginas web que tienen algunas características técnicas fundamentales que las diferencian de éstas. En primer lugar, el contenido se incluye en el documento mediante un formulario que se rellena mientras se está conectado a internet. Esto resulta muy parecido a cuando enviamos un mensaje de correo electrónico, con la diferencia de que el texto de la bitácora no se envía por correo generalmente, sino que se guarda, mediante un lenguaje de programación, en una base de datos o en un archivo, y automáticamente aparece en la página de la bitácora.
En segundo lugar, los mensajes se ven en la bitácora uno debajo de otro en orden cronológico inverso, es decir, los últimos aparecen en primer lugar. Estos mensajes, a su vez, pueden estar divididos en categorías o secciones, pero en principio aparecen todos juntos. En las páginas web tradicionales, el contenido lo coloca el autor de la página en documentos estáticos y en secciones previamente estructuradas, aunque en ocasiones puede haber una representación del contenido de cada sección en la página principal.
En tercer lugar, una característica que diferencia notablemente a las bitácoras de las páginas web que no lo son, es la inclusión de comentarios realizados por los lectores. Esto ya existía en la Red con los foros, pero en las bitácoras los comentarios están en otro contexto. No se trata de mensajes con los que se pide información concreta sobre un asunto determinado, como suele ocurrir en los foros, sino que son comentarios personales a los artículos escritos por los autores de la bitácora. Esto permite una complicidad muy interesante entre autor y lector que ya quisieran tener los autores que sólo publican en libros o revistas de papel. Los comentarios de los lectores aparecen debajo del artículo al que se refieren y muchas veces complementan el contenido del texto del autor.
Finalmente, las bitácoras suelen tener unos complementos que no aparecen en las webs tradicionales. El más utilizado es lo que se denomina sindicación de contenidos bajo las siglas RSS, XML, RDF o Atom. Se trata de proporcionar a los buscadores de internet los contenidos de la bitácora por medio del lenguaje XML, pero también se utiliza para que otros programas llamados agregadores incorporen esos contenidos a una lista de mensajes enviados por otras bitácoras, de modo que ese agregador acumula los últimos mensajes de las bitácoras sindicadas y el lector puede disponer de esos contenidos sin necesidad de acudir a las distintas bitácoras.
Éstas son las características básicas de una bitácora. En el aspecto técnico, suponen un cambio importante si las comparamos con las páginas web estáticas que existían hasta ahora, por eso su contenido se denomina dinámico, en referencia a estas características que hemos tratado de resumir en este artículo. Su influencia se ha dejado notar en la forma tradicional de hacer páginas web, de modo que en la actualidad muchas de estas páginas incorporan ciertos aspectos dinámicos que antes no tenían. Así, en la tupida fronda de la Red, las bitácoras constituyen sólo un ejemplo, si bien el más conocido y utilizado, de herramientas creadas para la publicación de contenidos.
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