Mark Shuttleworth, creador de Ubuntu Linux

Mark ShuttleworthNo quise hablar de Mark Shuttleworth cuando escribí hace unos días mi artículo “El fenómeno Ubuntu Linux”, porque no me gustan los personalismos, sobre todo en el ámbito del software libre, pero la figura de este hombre resulta curiosa en el mundo de Linux. Quizá sea interesante conocer su personalidad y su forma de trabajar con el software libre para saber cómo ha conseguido que su producto destaque sobre el resto de distribuciones. Además, no deja de resultar divertido comprobar las similitudes que se le pueden encontrar con su rival, el mismísimo Bill Gates. Así que he aprovechado una entrevista que le han hecho en una televisión de habla inglesa, y que presento en un vídeo de YouTube, para escribir un poco sobre este joven que promete.

Para empezar, Mark Shuttleworth es asquerosamente rico. Hizo su fortuna al vender una empresa de seguridad en internet hace cuatro años, y ahora se dedica a las obras de caridad (esto me recuerda a alguien), a las que dedica la mitad de su fortuna, y a insuflar dólares en el proyecto Ubuntu, que le tiene muy ilusionado y que espera pueda competir muy pronto con Windows. Ha entrado en el mundillo de Linux con una fuerza sorprendente, y quizá haya tenido la suerte de estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado para triunfar, apoyándose en su dinero, naturalmente. Esto puede sorprender a los despistados que crean que Linux es un producto para pobres que no casa con el mundo empresarial, pero ya son muchas las empresas que usan este sistema operativo en sus oficinas y unas cuantas las que están detrás de algunas distribuciones de Linux para mejorarlas y sacar beneficios económicos mediante los servicios a otras empresas.

Powered by UbuntuPero no hay que quitarle méritos a este hombre emprendedor, porque ha sabido rodearse de personas muy competentes que provienen del ámbito de otras distribuciones, sobre todo de Debian, la madre original, y ha revolucionado la forma de entender el sistema operativo Linux al ponerlo al servicio de las personas normalitas como tú y yo: “linux para seres humanos” es el eslogan de Ubuntu. Hay que decir a su favor que, al menos en principio, parece un tipo sencillo que sólo busca “hacer el bien durante mi vida”, como dice en esta entrevista. Habrá que confiar en él, sobre todo porque en otra entrevista afirma que, aun manteniendo la gratuidad del sistema, quiere hacer de Ubuntu un proyecto económicamente rentable en el futuro, lo que parece más realista en un hombre de empresa como él.

La verdad es que la vida de Mark resulta muy original, sobre todo porque se gastó una fortuna para realizar el segundo viaje espacial que emprende un civil. Esto es lo que le falta por hacer a Bill Gates. Quizá la hazaña nos pueda parecer un capricho de niño rico que no concuerda con sus obras de caridad, pero Mark lo justifica por su carácter emprendedor. Bueno, es su dinero… En todo caso, él es consciente de la suerte que ha tenido en la vida, y quiere colaborar al bien común fomentando el espíritu comunitario que la tradición africana concreta en el concepto de ubuntu, personificado en su compatriota Nelson Mandela, que lo explica en el siguiente vídeo. Mandela cuenta que en la antigüedad un viajero que recorría su país se detuvo en un pueblo, y los habitantes le ofrecieron comida y agua sin que el viajero tuviera que pedírselas. Éste es parte del espíritu ubuntu, que se resume en que debemos colaborar con la comunidad que nos rodea para mejorarla.

Como se ve, no le falta el lado filantrópico a este proyecto, lo que unido a la singular personalidad de Mark Shuttleworth confieren a Ubuntu un carácter especial dentro del ámbito de GNU/Linux. A los usuarios de este sistema operativo se les critica habitualmente que sean elitistas. No sé si esta crítica tiene fundamento, pero está claro que si queremos trabajar con las nuevas tecnologías sin seguir supeditados al capricho de los monopolios comerciales, habrá que hacer un esfuerzo entre todos para que Linux llegue a las personas dispuestas a utilizarlo. No sólo basta con tener el tesoro en casa; hay que mostrar sus bondades y sus posibilidades a las personas que sean receptivas a ello para que encuentren un instrumento libre y práctico a la vez. Esto es lo que consigue Ubuntu, nada menos, y por este motivo merece nuestro respeto, por encima de todo personalismo.

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Texto de Alejandro Valero - 20.08.06

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